domingo, 13 de febrero de 2011

Más bella y más fuerte pra ESTAMPAS ZULIANA

Más bella y más fuerte

A sus 27 años ha logrado sobrevivir a los estereotipos, críticas, complejos y cáncer de mama. Eva Ekvall es, sin dudas, una de las mujeres más hermosas del planeta y sin tapujos cuenta su historia

por MARLON GÓMEZ | imagen: MARCOS SUÁREZ | DOMINGO 13 DE FEBRERO DE 2011


Su lucha contra el cáncer de mama la hace convivir con dos sentimientos contrapuestos: la gratitud y el miedo. Aunque Eva Ekvall ya superó esta enfermedad, sigue sintiendo de cerca la incertidumbre. Pese a todo no se considera una heroína, sino una sobreviviente. Su historia la plasmó en un libro que llamó Fuera de foco, en el que cuenta su experiencia y muestra imágenes crudas que retratan su proceso como paciente.

Ésta no fue la primera pesadilla vivida por la ex Miss Venezuela, quien confiesa que el certamen de belleza más importante del país le abrió muchas puertas pero también le dejó un sabor agridulce: "Ser una niña de 17 años convertida en la Barbie de Osmel Sousa (presidente de la organización) no fue fácil y mucho menos cuando se lucha con los complejos", asegura Miss Apure 2000, quien para representarnos en Miss Universo 2001, celebrado en Bayamón, Puerto Rico, tuvo que someterse a cirugías estéticas en nariz, orejas y senos. Su atractivo de alguna forma la hacía sentir "poderosa".

Eva, quien siempre ha odiado sus largas piernas y brazos, asegura no preocuparse por su figura pero sí por conservar un peso balanceado. Hoy es esposa, madre, profesional y se siente tan feliz que procura no perder el tiempo. Sabe que nada es en vano y, aunque no es religiosa, se siente bendecida.

Diez años después, ¿qué te queda del Miss Venezuela?
"Ahora me parece cosa de niñas. Fue un trabajo que me tomé muy en serio. De un día para otro te conviertes en figura pública y entiendes que debes representar una nación en el exterior".

¿El Miss Venezuela es un trampolín?
"Sí, se te abren muchas puertas, conoces a mucha gente pero no te favorece cuando quieres narrar noticias (como es mi caso), pues te resta credibilidad. Se me presentaron muchas oportunidades relacionadas con farándula, pero eso no era lo mío. Puedo decir que estoy donde estoy gracias al Miss Venezuela, pero he tenido que luchar contra muchos estereotipos".

Fuiste tercera finalista en el Miss Universo 2001, ¿cómo evitas que se te suban los humos?
"Ser venezolana y no ganar te lleva a tierra. Iba confiada y volví con baja autoestima. Fue duro perder. Con 18 años descubrí que no todo sería como quiero".

¿Qué agradeces de esa experiencia?
"La disciplina. El Miss Venezuela me dio un carro y un sueldo fijo. Me mantuve delgada y gracias a eso trabajé como modelo, lo que me permitió estudiar y realizarme como profesional".

¿Qué fue lo más duro?
"Que te critiquen a diario como si fueras una muñeca y tratar de ser una mujer perfecta, que es lo que busca Osmel cada año. ¡Ojo!, Osmel es un genio y no hay dos como él. Agradezco todo lo que me enseñó, pero ese mundo no se parece a mí. Creo que no volvería a hacerlo".

¿Te han dicho que ahora te ves más bella?
"Gracias. Sí me lo han dicho y lo agradezco. Ahora me siento más a gusto conmigo misma. Eso me ayuda para irradiar paz".

Eva enfocada
Venía de celebrar junto a su familia el bautizo de su primogénita (de seis meses) en Margarita. El 12 de febrero de 2010, estando en Caracas (donde vive), recibió una angustiante llamada. Era su doctor, quien le dijo que debían hablar de inmediato y en persona. Eva temió lo peor. Días antes se había hecho unos exámenes, pues sintió que en su pecho había unas protuberancias. A la consulta la acompañaron sus padres y esposo, el radiodifusor Jhon Fabio Bermúdez, quien es 20 años mayor que ella.

Los resultados no eran alentadores… tres tumores de cuatro, tres y dos centímetros estaban en uno de sus senos: "Quería morirme. Uno no quiere pensar lo peor, pero sé que todos sentíamos la muerte respirándonos en la nuca. Fue trágico", admite la presentadora, quien perdió a su abuela por culpa de este mal y vio cómo su tía atravesó por lo mismo en dos ocasiones. "Los médicos me dijeron que debía hacerme quimioterapia. Mis padres estaban en contra, temían por los efectos secundarios. Yo estaba dispuesta a todo. A la semana me sometí al primer tratamiento".

En julio le extirparon los senos y le colocaron prótesis. En pleno reposo surgió la idea de retratar el proceso. El fotógrafo Roberto Mata se ocupó de ello: "Es un señor serio y antiamarillista. Siempre confié en su criterio. Sabía que no me haría daño". Las imágenes quedaron plasmadas en el libro Fuera de foco, escrito por Eva bajo la editorial Aguilar. El texto -dice ella- muestra sin retoques los colores del cáncer de mama.

Ver las fotos y contar una y otra vez tu historia, ¿te aviva los recuerdos?
"Sí, pero cada vez me siento más lejos de esa vivencia… Es como si no hubiera sido conmigo. Quiero dejar a un lado la enfermedad pero no la sensación de disfrutar cada momento de mi vida".

¿Te asustaron los cambios físicos?
"Uno piensa que se va a caer el pelo, que te van a operar y todas esas cosas radicales. Sin embargo, nunca me asustó perder mi trabajo. Tengo talento para trabajar flaca o gorda".

¿Te apoyó la organización Miss Venezuela?
"Sí, me regalaron unas pelucas (risas). Osmel también me mandó a hacer misas en Caracas".

¿Qué hacías para drenar las energías?
"Llamar a Bolivia Bocaranda (presidenta de SenosAyuda). Colaboré con ellos informando a la gente y difundiendo el mensaje de prevención".

¿Quisieras tener otro hijo?
"Sí, pero aún no puedo. Queremos un varón… lo soñamos, pero cruzaré ese puente en su momento".

¿Qué diferencias hay entre la Eva de antes y la de hoy?
"Ahora valoro lo que tengo. No tomo nada por hecho, cada minuto de mi vida es una bendición. Estoy agradecida por tener a un hombre como Jhon Fabio; a mi mamá, quien me enseñó lo que es ser madre y a mi hija por mostrarme cosas nuevas todos los días".

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