domingo, 20 de febrero de 2011

MAITE DELGADO PARA TODO EN DOMINGO

   














LA NUEVA ETAPA DE
MAITE 

El pasado 19 de enero despertó el asombro colectivo al no renovar el contrato con Venevisión luego de 25 años. La noticia la reveló a través de su cuenta de Twitter, volcando las miradas hacia ella. Luego de un distendido silencio, la animadora habla, se muestra en intimidad y sin distancias. A sus 44 años cuenta que está más vigente que nunca y que el mejor programa sería un reality show de su hogar

­ Jonathan Reverón elreveron@gmail.com / @elreveron ­ Fotografías Aníbal Mestre / Asistente de fotografía Francisco Brandt ­ Producción: Franciest Poller ­ Maquillaje: Franklin Salomón. Teléfono: (0412)554 7116


Los días en que se toman decisiones que conducen a territorios desconocidos, la rutina se rompe tan sutilmente que, a veces, es imperceptible el cambio. El miércoles 19 de enero en el que Maite Delgado decidió no renovar su contrato con Venevisión, había hecho lo de siempre: despertarse a las seis de la mañana, levantar a su hijo menor ­Alfonso Mora, su esposo, hace lo propio con el mayor­, llevarlos al colegio, y salir a hacer ejercicios al aire libre en grupo y con un entrenador, actividad que emprendió a raíz del Miss Venezuela 2010.

Luego regresó a casa, se bañó "y aprovechó ese cuerpo" para una nueva sesión de fotos. Uno de sus entusiasmos recientes: ejercitarse. "Siempre arrancaba una dieta un mes antes del Miss Venezuela y la dejaba, pero los años no perdonan y sinceramente no lo hago sólo por el tema `figura’; ya es una preocupación por sentirme saludable".

Terminó su sesión de fotos y salió sola a una reunión a la que siempre había asistido con un propósito: más que negociar el contrato con el canal para el que trabajó por 25 años, concretar el regreso a esas pantallas con un proyecto semanal que siempre llevó bajo el brazo, amén del concurso de belleza. "En esa reunión hubo una frase que me guardaré para siempre y sonó en mis oídos como signo de que debía asumir otro camino".

Entre abrazos y palabras cariñosas, cerró el ciclo con la empresa desde la que construyó una imagen que hoy posee una alta credibilidad del público venezolano. "Entendí lo que significa mi imagen conforme me llamaban para hacer publicidad. Siempre que piden que haga el comercial de algún producto, indago los porqué, si se parece a mí, si realmente lo voy a utilizar. Creo en la honestidad como un valor imperativo". Lo dice desde un rincón de la terraza de su apartamento, abrazada a sus piernas y envuelta en una bata de algodón negra que la protege de un frescor caraqueño extendido. "Recuerdo que el primer día que hice algo para televisión en vivo había preparado un guión escrito, desde el buenos días hasta el final, y cuando fui al aire olvidé todo. Entonces reconocí en pantalla la improvisación, son esos detalles los que creo que la gente valora".

El revuelo a partir de su salida ya se ha registrado en cuantía, desde ser trending
topic mundial en Twitter con @Delgado-Maite, hasta recibir cartas astrales que adivinan su futuro.

Pero puntualmente, el volver a comunicarse o dejarse escuchar a través de periódicos o entrevistas, es en sí otra noticia. "Siempre he creído en hablar cuando se tiene algo que decir.

Pero aparte de eso, hace 16 años comencé junto a Alfonso algo que he soñado siempre, y es esto, una familia. Lo primero que quisimos hacer fue poner una frontera muy marcada entre el trabajo y la intimidad. Preferí respetar este nido a través del silencio, y aquí vuelvo a recordar que siempre he tomado decisiones desde el corazón, me beneficien o no, pero que me hagan feliz". Maite Delga
do no ha dado ruedas de prensa o hablado en la intimidad desde entonces, lo que la ha vuelto una celebridad difícil de indagar o desnudar, y por lo que es más proclive a ser hilo para tejer fantasías.

A la parrilla. Maite lleva una cotidianidad alejada de divismos o falsas posturas, en la que se asoma una mujer que ha alcanzado la madurez y afronta las comunes realidades de una madre rodeada de tres varones en casa.

"El mejor programa sería un reality de este hogar. A veces me pregunto qué pensará la gente que cree que yo ando en tacones y vestidos todo el día". Por el contrario, es posible ver a Maite persiguiendo a Santiago, su hijo menor, para que se bañe. Maite rogando a Alfonso, el mayor, que apague el televisor y haga las tareas.

Maite con tres televisores en casa y sin ninguna posibilidad de accionar el control remoto. "El único que me entiende es Sebastián" se ríe mientras carga a un menudo perro York que se asoma para que le abran la puerta.

"Estoy consciente de que las mujeres de la televisión, a mi edad, son muchas veces vistas como viejas o que ya debemos ir preparándonos para el retiro. Y es justo a esta edad que tenemos tanto por dar, por enseñar, por demostrar de lo que somos capaces. A mis 44 años me siento más vigente que nunca. Me gusta innovar, evolucionar. El secreto está en domar los miedos".

Es domingo y han pasado tres días desde que Maite es noticia por retirarse de Venevisión. En su casa se convoca un ritual familiar impostergable: "Desde que mis abuelos estaban vivos, comemos juntos. Casi siempre hacemos una parrilla". Ese domingo cualquiera, se preguntaba por el ketchup o la mostaza para preparar las hamburguesas que su hermano mayor cocinaba en la parrilla, mientras Alfonso, su esposo, veía con unos amigos el torneo que convirtió en noticia al golfista venezolano Jhonattan Vegas. Si en otras casas quizá se hablaba de "la renuncia" de Maite, en la suya nadie tocaba el tema. En la mesa estaba su "madrastra", su hermana, dos cuñadas y sus respectivos esposos, es decir, los hermanos Delgado.

Sus sobrinos e hijos se disputaban las laptops para jugar y la señora que tiene 18 años como su mano derecha en las labores del hogar, llega del descanso con una noticia fundamental: "¡Señora Maite, no hay Harina Pan para mañana!" Nadie discute si hará o no el Miss Venezuela. Todos atienden a Alfonso Mora, que habla de palos de golf y del número de golpes que debe hacer Vegas para alcanzar la victoria. "Goooooooool de Vegas", gritan las mujeres de la casa, entre chistes con el deporte en cuestión. "De mi papá he aprendido a amar mi profesión.

Él es un gran periodista, pero también un ser excepcional que nos ha guiado de manera tal que persigamos nuestros sueños. A él puedo consultarle cosas, pero también sabe respetar mis motivaciones y mi forma de ejercer la comunicación".

Familia adquirida. Maite tiene otra familia, la que está formada desde el lazo de la amistad. Allí está Luis Bascarán, su manager, a quien conoce desde hace más de 20 años. "Iñaki es mi hermano del alma". También está su estilista: "Franklin Salomón trabaja conmigo desde hace 25 años". Ya ha pasado una semana desde "la decisión" y Salomón interrumpe la entrevista y la llama para maquillarla. Mientras tanto Iñaki le lee las noticias que han salido desde que en la mañana de ese mismo día fuese a Televen, para el programa de farándula La Bomba. "Aquí dice que comiste con los dueños del canal", y ella replica: "Si supieran que almorcé en el carro un carpaccio porque no tuve tiempo de sentarme como la gente decente". Iñaki sigue leyendo notas en Internet: "En esta dicen otra vez que te vas a Univisión".

Y Maite, sentada con las piernas extendidas y cruzadas sobre el lavamanos de su baño donde es maquillada, vuelve a responderle a su manager: "¿Iñi, será que tienen el teléfono equivocado?" Mientras tanto Santiago juega con una pelota de futbolito que rebota contra la puerta del cuarto. "¿Mamá, es verdad que nos vamos a vivir a Miami?" "No me voy. No está en mi planes actuales irme del país. Nada me encantaría más que poder hacer el programa de mis sueños en Venezuela". Tiene claro cuál es ese proyecto de sus sueños, respira y pone la ideas en claro.

"Quisiera tener un espacio donde pueda reflejar lo que soy ahora, donde al mismo tiempo pueda exponer las maneras en que el país puede cambiar para mejor, en el que la gente pueda participar y, sobre todas las cosas, donde yo pueda entretener. A fin de cuentas, esa es mi vocación".

El hilo conductor de sus anhelos está claro para ella. "Comunicarme con el país sigue siendo fundamental para mí. El feedback de los micros en Onda La Superestación me animó más porque siento que no estoy sola en mis reflexiones. Allí siempre cierro diciendo que muchos de los problemas que tenemos a diario no son culpa del país, pero lo bueno es que siempre podemos cambiar. Yo crecí en Palo Verde, me iba en carrito al liceo público y regresaba a mi casa caminando, sin miedos, libre. Recuerdo lo que fuimos, sufro muchas cosas de lo que somos, pero creo en lo que podemos volver a ser". Si se le asoma la posibilidad de que la oferta no se diese en este país, extravía la mirada y contesta: "Nunca dejaría de estar 100% en Venezuela. Además, afortunadamente, en el mercado extranjero hoy en día existe eso que llaman temporadas".

Ese día terminó su entrevista en el programa Buenas Noches de Globovisión. "Estoy agotada, pero no me quiero ir a dormir". Retoma el volante y hay en ella una necesidad de descargar la adrenalina del día. Pasa a buscar a otra amiga junto a Iñaki y regresan juntos a casa. Se baja de unos tacones Gucci, sirve una cena muy tardía y, tiempo después, insospechadamente, agarra un micrófono, y como quien emprende una fiesta, empieza entonando: "We are the champioooooons, my frieeeeends".



Gustos cotidianos · Las orquídeas están en la lista de sus debilidades. Las mantiene y cultiva, les habla, y hasta acumula una pequeña montaña de textos especializados sobre las variedades y filogenia.

· La dieta es una de sus mayores disciplinas. Casi todas las noches cena atún o ensalada. Evita cualquier tipo de harinas y se hidrata constantemente. Mantener su actual figura es un logro que está negada a perder.

· Cantar es una terapia. Junto a Iñaki, su manager, desarrolla una suerte de contrapunteo, un diálogo filial en el que se contestan los asuntos a punta de estrofas cortadas de canciones.




El clóset, puertas adentro El vestier de Maite Delgado sí es como todos imaginan. Un pequeño corredor con vestidos que luchan por permanecer de lado y lado. Casi divididos por categorías: los que fueron estrenados por trabajos y no verán la luz de un foco más nunca, unas pocas prendas repetibles, y finalmente los que de verdad no se ha puesto nunca y esperan, a manera de premio, que la rubia escoja el día que han de brillar. Cuando el espacio del clóset no es suficiente, existe también el día de "la caja feliz". No es más que la entrega de las "chivas" a las amigas. Maite agrupa y selecciona los vestidos por tallas, gustos y los mete en distintas cajas. "Muchas esperan ese día".




Vestuario y accesorios: CH Carolina Herrera. C. C. Sambil, sector Forum Shops. Caracas.

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