sábado, 13 de noviembre de 2010

“Tenía claro que no iba a ganar en Miss Universo”

Espontánea y segura se mostró Natalia durante la entrevista. Foto Aleidys Coll/ enviada especial

Por Zoraida Noriega C.
Enviada especial , El Heraldo de Barranquilla.

CARTAGENA.

La Señorita Colombia, Natalia Navarro Galvis, dice que una vez entregue este lunes la corona a su sucesora volverá a su rutina. Regresará a la universidad para terminar sus estudios de Finanzas en Miami, y podrá continuar libremente con sus actividades. Aclaró, eso sí, que tiene las puertas abiertas para lo que se le presente, aunque ella no se ve como presentadora y mucho menos como actriz de TV, como lo han hecho muchas de sus antecesoras. Viendo en el certamen ‘los toros desde la barrera’, comenta que “uno se da cuenta de muchas cosas, de bobadas que a veces lo ponen nervioso. Por eso yo les digo a las candidatas: miren, yo cometí ese error, no lo hagan. Como también les digo qué fue lo bueno que aprendí”.

¿El reinado la dejó con novio o sin novio?

Con el mismo novio. Se aguantó todo. Viajó especialmente a Las Vegas, donde fue Miss Universo, para apoyarme.

¿En cuántos aviones se montó durante el reinado?

En muchísimos, pero lo mejor de todo es que conocí a incontables personas. Nunca me imaginé, por ejemplo, que en un año fuera a conocer el Tolima, Meta, Huila, Santander y muchos otros departamentos.

Hubo algún Departamento que le hubiera gustado conocer pero que no pudo?

La Guajira y el Amazonas.

¿Subiste de peso, te adelgazaste o creciste?

Jajaja… crecieron mis tacones. Me engordé y también me enflaquecí.

¿Cuál fue el momento más amargo de su reinado?

Cuando vi que no hice parte de las finalistas en Miss Universo. ¡Eso me dio durísimo! Sobre todo porque yo sentía a toda Colombia en mis espaldas. Sabía que la responsabilidad que tenía encima era grande, por eso sentí eso como un golpe. Lo que hizo que yo no bajara la cabeza fue el respaldo que me brindó la gente. Desde que me bajé del avión, a mi regreso a Colombia, me felicitó desde el piloto, personas en el aeropuerto y demás. Me di cuenta que la gente estaba contenta por el papel que había desempeñado, no se veían decepcionados, y eso para mí fue gratificante.

¿Qué sentía detrás del escenario cuando todo el auditorio en Las Vegas gritaba casi unánimemente el nombre de México?

Aunque yo tuve una fanaticada espontánea esa noche, no fue fácil escuchar las poderosas comitivas que apoyaban a la mexicana. Ese apoyo mantuvo a Ximena muy sonriente y se sorprendió cuando ganó.

¿Y Ximena Navarrete sí merecía ganar?

Sí. La gente esperaba más el título que ella misma. Es más, siempre pensábamos que la reina iba a ser Miss Rusia.
¿Qué sintió al no quedar en las 5 finalistas de Miss Universo?

Nada. Es que lo que va a ser para uno, es para uno. Obviamente, yo no era la más linda. Yo tenía muy claro que no iba a ganar en Miss Universo. Si ganaba, chévere, pero sí me esperaba el cuento de estar entre las cinco, porque la preparación de una Señorita Colombia es a conciencia. Lo importante es que di lo mejor de mí, el resto no estaba en mis manos.

¿Dónde va a guardar la corona que ganó en Cartagena?

Está en el clóset de mi mamá. Cuando viva independiente la pondré en un pedestal. Todos podemos mandar a hacer una corona, pero esa para mí tiene un significado especial.

¿Cuál ha sido el mejor regalo que ha recibido este año?

Saber que Colombia entera siguió el desarrollo del Reinado. ¡Fue un regalazo!

¿Y cómo sabe eso?

Porque por donde iba todo el mundo me decía cómo había sido mi desempeño esa noche. Y recibía mensajes de todos lados.

¿El Reinado es una experiencia para repetir?

Totalmente. Porque conocí mucha gente, se viven experiencias maravillosas que te van a servir mucho. Y como todos los años no son iguales, me encantaría repetir. Claro que uno no puede ser egoísta. Yo, por ejemplo, tengo muchos proyectos en mi vida. Si me dijeran que vuelva a participar me alegraría.

¿De qué sirve ser reina?

Es algo muy personal. A mí me sirvió para confrontar mis miedos, salir adelante y creer que nada es imposible. Hace dos años, por ejemplo, nunca me imaginé estar aquí concediendo esta entrevista para EL HERALDO sobre una experiencia que tuve en el exterior compitiendo con 84 mujeres de distintos países. Por eso, dentro de uno o dos años me pueden pasar cosas diferentes. Ahora mismo no me gusta cerrarle las puertas a nada.

En Miss Universo muchas de las candidatas me dijeron que no veían el
momento de bajarse de los tacones, ¿usted pensó lo mismo?


Es que cansa. Cuando uno está en ese tipo de reinado es difícil bajarse de los tacones. Durante mi participación en Cartagena tuve chance de ponerme sandalias bajitas, todo depende. Aquí es más calmado, definitivamente.

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